VIDEO JUEGOS VIOLENCIA ADICCIÓN O ENTRETENIMIENTO


 

Si los videojuegos incitan o no a las conductas violentas en algunos jóvenes, es uno de los debates más álgidos de la paternidad. Académicos y especialistas han estudiado durante años sus efectos en el entorno psicológico y social del menor. Ahora, un estudio realizados por la Massey University, la Universidad de Tasmania y la Stetson University han demostrado que los videojuegos no influyen en la conducta violenta de sus jugadores.



Durante las últimas cuatro décadas, distintas generaciones han contemplado los videojuegos y han reconocido en ellos influencias distintas. Mientras algunos han puesto el grito en el cielo para clamar contra su peligrosidad, otros los han defendido a capa y espada.

Lo queramos o no estos productos están firmemente implantados en nuestra sociedad y, si bien el debate social se ha enfriado en los últimos años, no ha perdido aún toda su vigencia. Como es costumbre, mientras unos y otros sectores sociales se lanzaban argumentos, la comunidad científica se puso manos a la obra para arrojar algo de luz sobre la materia.




Desbloqueando mitos

¿Qué hay de cierto en torno a esta enorme polémica? Según multitud de autores, como Sneed y Runco, esta actitud negativa ante los videojuegos proviene de opiniones de personas con muy poco o nulo contacto con estos y es mucho más frecuente hallar opiniones positivas entre personas que estén familiarizadas con esta tecnología.

En un estudio de la Universidad de Sevilla, Estalló y sus colaboradores encontraron que lejos de volver a los niños introvertidos, estos mejoraban en un gran porcentaje su sociabilidad gracias al juego cooperativo (en el que raramente participaban los padres), invertían menos tiempo del esperado. En la mayoría de casos, de encontrarse algún problema conductual, estaba más relacionado con otras cuestiones domésticas que con el juego en sí mismo.


Algo más que entretenimiento

En pleno inicio de siglo XXI el debate ha ido perdiendo fuerza y la sociedad ha dejado de estigmatizar a los jugadores habituales, creciendo enormemente en número. Según varios informes, como el del NPD group, sitúan la cantidad de jugadores sólo en EEUU en más de 170 millones de personas. Cuestiones como el supuesto sexismo en este entorno han perdido a su vez relevancia, al encontrarse que en torno al 40% de jugadores son mujeres, encontrando también que la edad media de los gamers se sitúa, según organismos como el Centro Nacional de Enfermedades, cerca de los 30 años de edad.

La enorme influencia de Internet no ha pasado desapercibida ya que la mayoría de usuarios juegan frecuentemente online con jugadores de cualquier parte del mundo. De esta forma, ha pasado de ser percibida como una actividad de aislamiento y ostracismo a verse como un espacio donde comunicarse y cooperar con personas de todo el globo. Juegos de corte social y en el que las decisiones inmorales se ven penalizadas pueden ayudar (en parte) a reforzar ciertos valores que inculque la propia familia, pero no debemos perder de vista que son estos últimos los más necesarios para enfrentarse a cualquier aspecto de la sociedad.



Adicción a los videojuegos

Cada vez son más los niños y jóvenes que juegan a videojuegos y que, como consecuencia de su uso incorrecto, acaban convirtiéndose en adictos a ellos.

Tanto es así, que en 2018, debido a esta creciente problemática,  la Organización Mundial de la Salud (OMS), catalogó la adicción a los videojuegos como un desorden de salud mental, incluyéndolo dentro del apartado relacionado con los desórdenes adictivos de la Clasificación Internacional de Enfermedades.

Ventajas del uso de videojuegos

Existen numerosas e importantes ventajas para los programas de prevención del abuso y de la dependencia a los videojuegos. Entre estas, destacan:

  • Son una forma de entretenimiento divertida que no debería ser incompatible con realizar otras actividades, incluso, al aire libre.
  • Favorecen la concentración, la atención selectiva, la MCP, la MLP, la agilidad mental y la aptitud visoespacial…
  • Desarrollan la coordinación óculo-manual y los reflejos así como el tiempo de reacción.
  • Presentan un buen entorno para el aprendizaje ya que desarrollan la curiosidad y la creatividad y pueden favorecer aplicaciones creativas.
  • Favorecen la autoestima.
  • Muchos videojuegos son educativos y disminuyen la probabilidad de conductas problemáticas.
  • Favorecen la socialización, al formar parte de una “comunidad” de jugadores.
  • Pueden mitigar el estrés.

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